«Durante años me acosté temprano...».
Así comienza En busca del tiempo perdido, considerada una obra maestra de la literatura universal, y una de las más influyentes en los ámbitos de las letras, el arte y la filosofía. Publicada en siete entregas, la primera de ellas, Por el camino de Swann, vio la luz en 1913. Esta nueva traducción de Mercedes López-Ballesteros, apadrinada por el escritor Javier Marías, quien llegó a leer entusiasmado la primera parte, es exacta, fiel y de gran aliento, y transmite certeramente el famoso estilo proustiano. En estas páginas deslumbran al lector las evocaciones de la infancia del narrador, sus inteligentes digresiones, los agudos diálogos y el retrato de personajes inolvidables, entre los que destaca Charles Swann.
Es medianoche. Íñigo Balboa, que forma parte de los Correos Reales del rey católico, aguarda expectante la llegada del capitán Alatriste, de Francisco de Quevedo y de Sebastián Copons a París, donde se encuentra para entregar unos despachos al conde de Guadalmedina. Hace casi un año que no se reúnen, cuando acabó la arriesgada encomienda que tuvieron que afrontar en Venecia. Sontiempos complejos para Francia: desde hace unos meses, los hugonotes de La Rochela, con apoyo inglés, están viviendo un duro asedio por parte de las fuerzas francesas a las órdenes del cardenal Richelieu. Por mediación de Quevedo, Alatriste y sus amigos se ven envueltos en una peligrosa misión secreta ideada por el conde-duque de Olivares. Esta vez el objetivo es de tal magnitud, que la aventura a la que se enfrentan podría cambiar para siempre el curso de los acontecimientos.
Éste es el arranque fulgurante de un libro único, que nadie había tenido la oportunidad de escribir, entre otras razones porque el Vaticano jamás le había abierto de par en par sus puertas a un escritor. Pero, además de único, éste es un libro de plenitud, donde su autor logra convertir una propuesta insólita en un relato propio y magistral: un thriller sobre el mayor misterio de la historiade la humanidad. Con esta novela sin ficción, Javier Cercas vuelve a su línea más personal, en la que consigue enlazar sus obsesiones íntimas con una de las preocupaciones fundamentales de la sociedad actual: el papel en la vida humana de lo espiritual y lo transcendente, el lugar en ella de la religión y el ansia de inmortalidad.
El Papa ha muerto.
En la Capilla Sixtina, a puerta cerrada, ciento dieciocho cardenales procedentes de todos los rincones del globo emitirán su voto en la elección más secreta del mundo.
Son hombres de fe. Pero tienen ambiciones. Y rivales.
En las próximas setenta y dos horas uno de ellos se convertirá en el líder espiritual con más poder de la tierra.